Hasta bien entrado el siglo XX, las mujeres de las comarcas gaditanas de La Janda y el Campo de Gibraltar se cubrían completamente con un manto negro que sólo dejaba ver uno de sus ojos; se las llamaba cobijadas y, actualmente, continúa siendo el traje típico de Vejer de la Frontera. Existe un conocido cuadro del pintor vallisoletano Francisco Prieto Santos –Las Cobijadas de Vejer, de 1935, conservado en el Museo Provincial de Cádiz– que nos muestra a cinco de aquellas mujeres vistiendo con esta particular indumentaria por las estrechas calles vejeriegas. Esa recatada forma de cubrirse se remonta a los trajes castellanos de manto y saya que entroncaban con la tradicional iconografía religiosa del luto de la Virgen de los Dolores. Pensar que aquellos trajes de manto y saya que se extendieron por toda la Corona de Castilla tuvieron su origen durante la invasión musulmana de la Península Ibérica, resulta evidentemente muy verosímil. Este artículo ha sido publicado en la sección Hechos gaditanos que he publicado en el número 17 de la revista Timón Laboral.
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